La risa es la respuesta emocional frente a una idea o hecho divertido y es la forma de comunicación innata que está íntimamente relacionada con el lenguaje. Suele utilizarse además, de modo consciente o inconsciente como complemento emocional de la comunicación verbal.

La risa tiene efectos muy positivos para la salud, ya que incrementa la producción de anticuerpos y la activación de células protectoras, como los linfocitos o los linfocitos T citotóxicos, que producen la inmunidad celular, importante para evitar la formación de tumores.

Las carcajadas o las risas alegres y repetitivas son comparables al ejercicio aeróbico, mejorando el estado de ánimo, reduciendo la tensión arterial, los niveles de colesterol y glucosa en sangre y disminuyendo la incidencia de enfermedades.

La risa limpia y ventila los pulmones, oxigena el cerebro y el cuerpo en general. Además, regulariza el pulso cardíaco, nos libera del temor o la angustia y contribuye a calmar la ira al favorecer cambios en la actitud mental.

La risa está relacionada con la idea de ser feliz y sentirse bien. Es un privilegio del ser humano. Sigmund Freud afirmaba que la risa (sobre todo la carcajada) ayuda a liberar la energía negativa.

Reírse no sólo produce satisfacción y bienestar, sino que además ayuda a curar la depresión, el estrés, la angustia y la falta de autoestima.

El sentido del humor es la capacidad de percibir, interpretar y disfrutar lo cómico y humorístico de las situaciones cotidianas.

El sentido del humor como forma de ser y entender la vida, tiene igualmente múltiples beneficios para el organismo, siendo uno de los mejores medios de relación social y comunicación empática.

La personalidad positiva y el ejercicio de la risa favorecen la puesta en marcha de procesos que favorecen la salud y el bienestar, como así lo demuestran diversos estudios como el realizado por el psiconeuroinmunólogo Lee S. Berk y colaboradores en la década de 1.980. Así, se puso de relieve que algunos indicadores relacionados con el estrés disminuían durante los episodios de risa al disminuir los niveles de epinefrina y cortisona.

Todos estos procesos y los beneficios que nos reportan vienen dados porque, en definitiva, se produce una bioquímica más feliz.

Conforme cumplimos años, cada vez nos reímos menos. Los niños de 7-10 años se ríen alrededor de 300 veces al día, mientras que los adultos que todavía ríen lo hacen menos de 80 veces diarias. Existe gente que raramente se ríe, e incluso algunas personas no sienten la necesidad de reírse, gente que por lo general vive menos.

La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa.
Mark Twain.

El humor es también una experiencia social, nos ayuda a sentirnos más relajados con los demás, fomenta la sensación de unidad y pertenencia al grupo y reduce los sentimientos de soledad o aislamiento. Cuando te ríes con otra persona te sientes más unida a ella.

En circunstancias embarazosas o desagradables la risa es un instrumento para influir en el comportamiento de los demás. En una situación embarazosa o en una disputa, la risa imprime calma y sosiego y se convierte en una forma de disminuir la ira y la tensión. Si la otra persona logra contagiarse, se disipa el riesgo de confrontación.

La risa es también una expresión compartida de alivio tras pasar un peligro. La laxitud que sentimos tras reírnos puede ayudar a inhibir la respuesta agresiva, convirtiendo la risa en un signo de conducta que indica confianza en los demás. Por eso ante una situación dada de conflicto, la reacción que más puede conducir a calmar los ánimos es una expresión de risa sincera.

Ante tales situaciones, existen dos cosas con un gran poder desarmante en las personas que muestran ira o enfado hacia nosotros: una es pedirles ayuda sincera para resolver el problema, y la otra es gestionar el conflicto quitándole importancia mediante una sonrisa en el rostro. Así como el asesino no puede disparar a quien le mira, la persona enfadada no puede mantener su posición de enfado y perjudicar a quien le sonríe.

Hay que mantener una actitud positiva y recordar reír en todas las situaciones de la vida, pues aún en aquellas que no tienen solución como la muerte, como mínimo conseguiremos bajar la tensión del momento y nos ayudará a sentirnos mejor.

Hay que procurar reírse bajo toda circunstancia, sin olvidar alegrarnos de la prosperidad ajena. Celebrar y compartir el éxito de los demás nos pone en otra energía.

El sentido del humor supone creatividad e ingenio, implica un modo diferente de ver las cosas con ese exceso de seriedad con el que demasiadas veces enfrentamos la vida. Nos ayuda a ver las cosas desde diferentes perspectivas. Por tanto, estimula nuestra creatividad. De hecho, el doctor William Fry, profesor de psiquiatría de la Universidad de Stanford considera que la creatividad y el humor son idénticos. “Ambos implican poder juntas dos cosas que no tienen una conexión obvia y crear una relación”.

El sentido del humor es un modo de pensar y de interpretar la vida.

y partiendo de la nada y con mi solo esfuerzo, alcancé las más altas cotas de la miseria.
Groucho Marx.

 

 

© 2.016 Gabriel Hernández Guillamón

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